sábado, 27 de enero de 2018

¿Por qué leer teatro?

Roland Barthes pregunta: “¿Qué es leer? ¿Cómo leer? ¿Para qué  leer?”  No es mi intensión hablar  sobre la importancia de la lectura en este pequeño texto, pero sí, relacionar la lectura con el arte dramático.  Una obra de teatro antes de convertirse en una puesta en escena se llama literatura dramática; si recordamos los 25 siglos de edad que lleva la dramaturgia acompañándonos  desde Grecia: El Ditirambo (canto y danza para Dionisos) ha sido la fuente principal de la palabra en el teatro para luego transformarse en Coro (grupo de doce o quince personas) cantantes o narradores trágicos;  luego, el Coro desaparece para darle paso al diálogo escénico, se dice que  Esquilo fue el primero en poner a un actor en escena, luego Sófocles aumento otro actor, etc.,  así nace el diálogo en el teatro para después devenirse  en texto dramático.  Para Barthes  “el relato puede ser soportado por el lenguaje articulado, oral, escrito; por la imagen fija o móvil, por el gesto o por la combinación ordenada de todas estas sustancias; está presente en el mito, la leyenda, la fábula, el cuento, la novela, la epopeya, la historia, la tragedia , el drama la comedia, la pantomima.”  Entonces, la literatura teatral también es  un relato que puede leerse libremente  fuera de un escenario.
Antiguamente en Grecia, las obras de teatro escritas participaban en concursos antes de ser representadas; el teatro y la literatura eran un solo cuerpo y ese matrimonio todavía no concluye aunque, los  dramaturgos contemporáneos o post dramáticos hayan querido destruir  una y otra vez esa inagotable relación escénica. Pero ante todo esto,  el lector-espectador común sigue sin re-conocer a ciencia cierta qué es, cómo y para qué se  debe leer teatro: En la estructura narrativa de la novela y el cuento existen personajes, lugares, diálogos y la feroz o sutil voz narradora omnipresente que involucra al lector con la fábula a contar mientras  que,  en la estructura de la literatura dramática: los actos, escenas;  personajes, diálogos, didascalias,  acotaciones y -el antiguo- coro o prefacio hacen que el lector se comprometa no solo con la historia sino con los personajes; porque  leer teatro es un profundo viaje hacia el interior de los  personajes por medio de la voz.  
¿Cómo se lee teatro?   Se lo puede leer a solas con voz interna in-identificable –talvez- como cuando se  lee una novela;   o también con un grupo de personas y voz alta;  al leerlo de esta manera, la voz de los personajes  se libera y comienza a sentirse  la propia entre los acontecimientos narrativos de la ficción y lo real:
- La lectura teatral es una puesta “pre-escénica”, donde el narrador como dice José Sanchis Sinisterra  se convierte en “co-autor” porque le da vida a los personajes desde la palabra y el silencio que se distinguen en los diálogos, acotaciones y didascalias.
-El lector desmenuza los silencios de los personajes como propios  transformándolos en reflexiones, negaciones o risas inciertas.
-Leer obras dramáticas nos  transporta a esa imaginería escénica, el lector debe tener claro que el lugar de los personajes no es  el de la realidad, sino un espacio escénico, llamado teatro.

Roland Barthes Nos dice que; “La lectura sería un gesto del cuerpo (pues por supuesto que se lee con el cuerpo) que con un solo movimiento establece un orden y también lo pervierte…”  Más adelante nos indica que  la lectura es una verdad lúdica, no subjetiva ni objetiva; El leer nos hace dudar un poco de la realidad que nos habita, los personajes se nos asemejan entre sus decires y acciones invitándonos a desearlos o rechazarlos.

En estos nuevos tiempos donde los grandes relatos se disipan  convirtiéndose en multiplicidad de escritos fragmentados; el teatro también padece cambios en su forma y fondo, sin dar más tiempo al lector-espectador que no ha logrado conocer todavía los textos teatrales de los antiguos.  Sanchis Sinisterra nos invita a leer y a reconciliarnos con la literatura dramática, al contrario de las propuestas de las nuevas vanguardias que piden su muerte al creer que, el “verdadero” teatro  es ese encuentro entre espectadores y actores en el espacio escénico y que este deja de ser libre por `obedecer` las escrituras del “teatro de los muertos”. Ricardo Bartis (director  argentino) menciona que “la literatura empezó a  funcionar como un vampiro en la actuación y cuando apareció la escritura poética, la actuación adoptó moralidad…”. Este parafraseo de Bartis es dudoso, porque  no se sabe si alaba o destruye a la literatura teatral, ya que ha llevado mucho tiempo negando al texto en la escena.
Jorge Dubatti explica que cuando se estudia un cuerpo poético a través de un texto dramático se debe tener en cuenta diversos problemas a tratar,  pero dos en particular: 
-“Cuando se considere la relación del texto dramático con un acontecimiento histórico o pragmático efectivamente sucedido…  como es el caso de Ricardo lll, Rey de Inglaterra que inspiro a William Shakespeare a convertirlo en personaje de teatro (1592)  
-Si el texto dramático propone un diseño de acontecimientos implícito ligado a la imaginación literaria, o a las reglas posibles  de la teatralidad escénica…” Claro ejemplo: Seis Personajes En Busca De Autor escrita por Luigi Pirandello (1921) obra muy ilustrativa que descifra lo que es personaje y actor; nos muestra abiertamente al teatro dentro del teatro; obra considerada absurda por su estilo peculiar.
La literatura dramática no es ilegible, no posee un lenguaje complicado que solo los actores y directores comprenden, no. El teatro escrito sigue esperando que haya más lectores, que se interesen  en conocer  millares de historias todavía inabarcables y peor aún sin ser repre-interpretadas.
El texto y el teatro están tan ligados a la palabra,  esta usa al cuerpo y  el cuerpo usa a la palabra del texto y en esta conexión recíproca no se puede “evolucionar” en el arte dramático: el actor no puede existir sin el espectador, como la escritura sin lector;  para Roland Barthes el texto en el cuerpo crea nuevos discursos desprovistos del autor, el lector aprehende y  pro-mueve un nuevo y único texto corpóreo de forma in-consciente –quizás-.
Que las nuevas narrativas penetren al teatro sin pudor, ya que jamás pasarán  desapercibidas en el cuerpo del lector-espectador. Si comparamos dos pequeños fragmentos de literatura dramática de diferentes épocas, podemos fijarnos que, la palabra en el teatro no ha cambiado y continúa siendo un eco en nuestros sentidos: La primera, obra trágica “Edipo Rey” de Sófocles (escrita en 430 a.c)

EDIPO: Pero, y lo del lecho de mi madre, ¿cómo dejar de temerlo?
YOCASTA: ¡Para qué vivir en continua alarma, si la casualidad manda
siempre como un soberano en el destino de los hombres y nada puede ser
previsto con certeza? Lo mejor es vivir, en la medida de lo posible,
al dictado de la Fortuna. En cuanto a tí, no te asuste ese ayuntamiento
con tu madre, pues numerosos son los mortales que en sueños han
 compartido el lecho materno. Quien vive despreocupado de todos esos
 temores, soporta la vida de un modo más cómodo.”

En comparación al siguiente fragmento post dramático de Rodrigo García “After Sun” (escrita en el año 2000)  donde la poética no es escasa  y muy deliciosa:

“La esperanza tiene un límite, como la paciencia
La esperanza es delicadamente paciente es
la hermana educada de la pasión; es estúpidamente falsa,
ya que se miente a si misma: ve donde no hay
Cuando la pasión no se consuma se deforma y toma el aspecto de
Esperanza
Quien vive con esperanza vive con un cáncer
La pasión es lo único a lo que debo mi vida
Se la debo
Se la ofrezco
Delicadamente
Sin apasionamientos
Impertinencia, sé mi mayor virtud.
…”
El texto dramático y la poética siempre van a lograr efectos en el lector. Leer teatro es abarcar otras fábulas y sin ir más lejos que, a nuestros propios sentidos y emociones.



Bibliografía: Jorge Dubatti: Filosofía Del Teatro lll cap. “el teatro de los muertos” Filosofía Del Teatro ll. Cap.: Análisis de la poética del drama “a partir del” texto dramático. Roland Barthes: El Susurro Del Lenguaje cap.: Escribir la lectura.  Introducción Al Análisis Estructural De Los Relatos. Sófocles: Edipo Rey. Rodrigo García: After Sun. José Sanchis Sinisterra: Narraturgia y las nuevas fronteras de la dramaturgia (2014)

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