sábado, 27 de enero de 2018

El artista, el objeto y lo siniestro

Texto publicado en blogs de la NEL A ritmo propio y en Página 12 de Argentina:

https://www.pagina12.com.ar/88319-el-artista-su-objeto-y-lo-siniestro

http://www.nel-amp.org/index.php?file=Carteles/Boletin-de-carteles/027/Productos-de-carteles/El-artista-el-objeto-y-lo-siniestro.html

Trabajo de cartel hacia ENAPOL 2017.

                                                                                                                                         Delia Pin Lavayen


Según Sigmund Freud el Doble se forma a partir de ese lazo primario que el hijo tiene con la madre; ese narcisismo con el que se confronta luego, en el espacio tiempo en el que se desarrolla como sujeto. En el campo del arte, el artista explora al personaje (objeto) no solo como elaboración estética sino con profundos afectos.
Dice Freud: «mucho de lo que sería siniestro en la vida real no lo es en la poesía; además, la ficción dispone de muchos medios para provocar efectos siniestros que no existen en lo real…». Hay otras fuentes siniestras que no se recorren aún en la realidad y que pueden ser abarcadas desde la mirada del artista. El teatro, el cine son de alguna manera un canal de ese doble siniestro del que habla Freud y Lacan.
Pero, ¿qué significa crear? ¿cómo se relaciona el artista con el objeto? En referencia al teatro: el actor y el personaje se encuentran en el umbral de la realidad y la ficción (espejo); gestar vida desde la ficción en un espacio escénico o en una hoja en blanco puede ser muy siniestro o solamente estético.
Afirma Lacan que el ser humano arma una puesta en escena por medio de significantes; crea enredaderas, metáforas entre recuerdos, olvidos, historias, mitos o también, como le llama Roland Barthes -refiriéndose a la contemporaneidad de la narrativa breve-: fábulas. El sujeto recorre como hormiga la banda de Moebius hacia esa imagen especular, aferrado a un tiempo de una relación imaginaria e imposible. En el arte, la dualidad o la multiplicidad de objetos creados se exploran desde la plasticidad estética, cabe recalcar que no precisamente debe concluir con figuras siniestras para el espectador, pero el proceso de creación para el artista en esa relación del uno y el otro se anuda algo, un pedazo de carne, una costura imaginaria con el objeto.
Lacan en el seminario de la identificación parafrasea a Descartes cuando se refiere al "Yo pienso…" por el "Yo miento". Pregunto: ¿el Yo Miento sería la imagen especular que registra el artista en sus creaciones?
Freud indica que el DOBLE fue primitivamente una medida de seguridad contra la destrucción del yo, un «enérgico mentís a la omnipotencia de la muerte».
Prometeo el dador del fuego, nos liberó de la fijación mortal, nos regaló arte como entretención. Mijail Batjin en su texto Yo También Soy expone sobre el autor y la forma espacial del héroe, afirma que, "al mirarnos uno al otro, dos mundos distintos se reflejan en nuestras pupilas… El primer momento de la actividad estética es vivenciar: yo debo vivir-ver y conocer aquello que él vive, ponerme en su lugar como si coincidiera… hasta darle un valor plástico, pictórico"… Los actos de ayuda del autor hacia el héroe están completamente excluidos, el personaje tiene que seguir su destino, su repetición.
La forma espacial del héroe es el propio cuerpo del creador, el autor se vuelve su propio objeto; y este enlace puede ser solo estético; pero cuando este personaje cruza las fronteras del cuerpo, como la del alma, el producto final se puede volver siniestro.
La tragedia y la comedia son las primeras manifestaciones del actor para elaborar su dualidad o multiplicidad en el teatro. Peter Zsondi indica que con el renacimiento surgió otra expresión artística llamado Drama, donde la mirada del artista cambió, el semejante se volvió familiar, enemigo, sombrío, mágico, etc. En el drama del Yo (August Stridberg) fluye una pregunta persistente de sus personajes: ¿Quién soy?
En el drama moderno (1880-1950) la crisis del personaje surge como forma estética: varía el lenguaje, se vuelve inconexo, simbólico e incierto para el espectador, lector u oyente. Otras manifestaciones en el arte como el impresionismo, expresionismo, simbolismo, absurdo, surrealismo indagan al personaje-entorno o entorno-personaje desde la incomunicación con el otro. Zsondi dice: "En el momento en que el drama pasa por la crisis, no sólo el personaje, sino también su entorno, pierden coherencia y unidad. Concentrado en sí mismo, en su vida interior, el personaje presenta ahora no pocas dificultades para relacionarse con el ambiente en el que se encuentra... La crisis de la acción encuentra su origen, sin duda, en la crisis del sujeto, en las fallas del yo y de su capacidad de desear".
EL GRITO de Edvard Munch, representativa en el drama moderno, se puede apreciar lo que vive el autor en el momento de su creación: La angustia, la ansiedad que transmite no solo su objeto sino sus palabras, cito una entrevista a Munch:"Paseaba por un sendero con dos amigos – el sol se puso – de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio – sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad – mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza."
Zsondi afirma que, "en los dramas de Antón Chéjov los seres viven bajo el signo de la renuncia. Se distinguen sobre todo por su renuncia al presente, pero también en la renuncia con la comunicación… Viven determinados por esa resignación, el punto intermedio entre la melancolía y la ironía." Estas palabras finales me suenan a: "desarrumbado, desplazado, loco, invertido, metabolizado, pero no reprimido, como LA ANGUSTIA de la que habla Lacan; lo que está reprimido en el sujeto son los significantes que lo amarran.
No sé qué tan siniestra puede ser considerada una obra de arte, pero lo que puedo afirmar que el proceso de creación del artista está en constante búsqueda de ese Doble-otro repetible, el cuerpo y los sentidos del creador se afectan. El proceso de concebir para el artista es un encuentro perenne con la angustia, el desequilibrio y eso de por sí, lo considero siniestro y aterrador, aunque el producto en cuestión no rebase en estética o extrañeza y el objeto-arte vive esa crisis como propia en el cuerpo y alma de su autor.
BIBLIOGRAFÍA
  • Seminarios La angustia y La identificación de Lacan.
  • Lo siniestro de Freud.
  • La identificación y crisis del personaje (anónimo).
  • Yo también soy, Mijail Batjin.
  • Teorías del drama moderno de Peter Zsondi.
  • Entrevista online a Edvard Munch.

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